¿Seguridad o Control? El nuevo Sistema de Entradas y Salidas de la Unión Europea

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Desde el pasado 12 de octubre, la Unión Europea ha comenzado a implantar de forma progresiva el nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES, por sus siglas). Este cambio, que afectará a millones de viajeros, sustituye el tradicional sellado manual de pasaportes por un sistema digital automatizado que registrará cada entrada y salida de ciudadanos no pertenecientes al espacio Schengen.

Se trata de uno de los mayores avances tecnológicos en la gestión fronteriza europea, pero también de una medida que plantea importantes interrogantes legales y éticos sobre la privacidad, el uso de datos personales y los límites del control estatal.

¿Qué es el Sistema Sistema de Entradas y Salidas (SES)?

El SES es una plataforma digital que forma parte de la estrategia europea para modernizar el control de fronteras exteriores del espacio Schengen. Su objetivo principal es registrar electrónicamente la entrada, salida y denegación de acceso de todos los nacionales de terceros países que viajen al espacio Schengen por estancias cortas (hasta 90 días dentro de un periodo de 180).

Este sistema, que estará plenamente operativo en abril de 2026, sustituye los antiguos sellos en el pasaporte por datos biométricos (huellas dactilares e imagen facial) y por la recopilación automática de información personal, como nombre, número de documento, fecha y lugar de entrada o salida.

En la práctica, significa que cada vez que un viajero no europeo cruce una frontera Schengen, quedará registrado en una base de datos centralizada. Los agentes de fronteras podrán verificar su identidad de forma rápida, detectar estancias irregulares o controlar de manera más precisa los movimientos dentro del territorio europeo.

Un sistema con ventajas… y con dilemas

Desde el punto de vista institucional, el Sistema SES supone un avance en eficiencia y seguridad.
Según la propia Comisión Europea, permitirá:

  • Reducir los tiempos de espera en los pasos fronterizos.
  • Detectar automáticamente a los viajeros que exceden el período autorizado de estancia.
  • Prevenir la usurpación de identidad, gracias a la verificación biométrica.
  • Reforzar la seguridad interior, al integrarse con otros sistemas de información de la UE.

Sin embargo, este progreso tecnológico también abre la puerta a cuestiones complejas sobre derechos fundamentales.
¿Hasta qué punto podemos hablar de seguridad sin caer en la vigilancia?
¿Dónde trazamos la línea entre la protección del territorio y la invasión de la intimidad?

Como especialista en Derecho Inmobiliario y fundadora de SGM Abogados, reflexiono sobre este equilibrio en un momento en el que la gestión de datos personales se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de nuestra era digital:

“En nombre de la seguridad y el control fronterizo, se recopilan datos biométricos y personales de millones de viajeros. Sin embargo, este avance plantea una pregunta importante:
¿Hasta qué punto estamos dispuestos a ceder privacidad a cambio de control?
Cumplir la ley y proteger las fronteras es esencial, pero también lo es preservar la libertad y la intimidad de las personas.
El reto está en encontrar ese equilibrio… antes de que el control deje de ser una herramienta y se convierta en una costumbre.”

Privacidad y protección de datos: un desafío europeo

El SES almacenará información biométrica y personal de millones de personas en una base de datos compartida entre los Estados miembros. Aunque la Unión Europea ha establecido estrictos protocolos de seguridad y protección de datos, el riesgo de un uso indebido, filtraciones o errores humanos nunca puede descartarse completamente.

Además, este tipo de medidas puede normalizar una cultura de vigilancia constante, donde el ciudadano se acostumbra a ser registrado, verificado y controlado en cada movimiento.
Una realidad que ya vivimos en muchos ámbitos —desde la banca hasta las redes sociales—, pero que ahora se extiende al derecho a la libre circulación.

¿Seguridad o control? El equilibrio pendiente

El debate no es nuevo, pero sí cada vez más urgente:
¿La tecnología nos protege o nos limita?
¿Hasta qué punto aceptar la pérdida de privacidad en favor de la seguridad colectiva?

El Sistema SES representa un paso adelante en la gestión de fronteras, pero también un espejo donde se refleja el dilema de nuestra época: cómo equilibrar seguridad y libertad.

Encontrar ese punto medio será clave para que los avances tecnológicos no se conviertan en un instrumento de control, sino en una herramienta al servicio del bienestar y la justicia.

En conclusión

El nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES) simboliza el intento de la Unión Europea por adaptarse a los desafíos de un mundo globalizado, digital y en constante movimiento. Pero también nos recuerda que la tecnología, sin límites claros, puede transformarse en una forma silenciosa de vigilancia.

Yo, por mi parte, siento que estamos aceptando como «normal» una vigilancia constante. Y tú, ¿qué opinas?

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¿Aún no me conoces? Soy Silvia Galve, abogada experta en derecho inmobiliario y CEO de SGM Abogados. Conóceme mejor aquí.

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